Se trata de una modalidad de yoga impartida por un fisioterapeuta formado en ello, el cual guía la práctica de esta actividad con fines terapeúticos en función del perfil que presenta cada persona, para obtener un mayor beneficio de ello, realizando ajustes si fuera necesario. Se fusionan por tanto, los beneficios de la actividad del yoga, con los conocimientos de biomecánica, movimiento, anatomía y patologías que posee el fisioterapeuta.
¿ Qué aspectos se pueden trabajar con el fisioyoga?
Desde aspectos generales como fuerza, flexibilidad, coordinación o equilibrio a otros más específicos como los hábitos posturales, desequilibrios y compensaciones o la prevención de disfunciones asociadas a ciertas patologías. El ajuste de la actividad a la funcionalidad que presenta cada persona es elemental, ya que aunque el diagnóstico o síntoma sea el mismo en dos personas, puede que varíe el estado general que presenta cada una, y con ello su capacidad para realizar la actividad.
Los ejercicios que se realizan en el fisioyoga también pueden aportar un beneficio secundario, ya que al trabajar la respiración, los niveles de estrés y tensión suelen verse reducidos.
¿ Quién y cómo puede practicarlo?
Desde niños a personas de la tercera edad, embarazadas y adultos pueden realizarlo, ayudando tanto al desarrollo como al mantenimiento generales. Se recomienda realizarlo en grupos reducidos o de forma individual para que la supervisión de las posturas, respiración, alineación y relajación de los grupos articulares sea más exhaustiva.