Con la llegada de los cambios atmosféricos, la vuelta a la rutina, las largas jornadas de pie, el transporte de mochilas o bolsos y el estrés es común que aparezcan molestias musculoesqueléticas fruto de la vulnerabilidad que presentan ciertas zonas musculares que con anterioridad estuvieron lesionadas. La realización de estiramientos, ejercicios de calentamiento y actividad física frecuente han de formar parte de la rutina diaria, no sólo puntualmente como parte de la rehabilitación o recuperación muscular tras una lesión, ya que pueden beneficiarnos al prevenir molestias musculares y a lograr un mantenimiento de nuestra funcionalidad diaria. Especialmente, esto se recomienda si se está expuesto a condiciones o situaciones de sobreesfuerzo frecuentes que puedan producir un mayor desgaste físico.