Las molestias en la espalda son uno de los dolores más comunes presentes en todas las franjas de edad. Aunque pueden darse derivadas de la presencia de enfermedades autoinmunes, deformaciones congénitas, traumatismos… no siempre es necesaria la presencia de una lesión previa para que se dé su aparición, ya que algunos factores como el estrés, estilo de vida o una escasa higiene postural pueden provocar molestias en esta zona.
El tratamiento y seguimiento que requieren es variable, ya que ha de ser individualizado ajustado según los factores que las desencadenen. A pesar de que con frecuencia, se tiende a pensar que solamente las intervenciones quirúrgicas y fármacos son opciones eficaces para el tratamiento, lo cierto es que en bastantes ocasiones mediante la realización de ejercicios adaptados, tratamientos de fisioterapia ( como los masajes, tratamientos de frío-calor, TENS o ultrasonidos) y ciertas modificaciones posturales en la vida cotidiana, estas molestias pueden verse eliminadas o considerablemente reducidas.
La existencia de remedios milagrosos para este tipo de molestias es una quimera, la mejor herramienta es adoptar una actitud activa, ajustada a la capacidad funcional y posibilidades que presenta cada persona, siempre contando con el asesoramiento de profesionales sanitarios.