Cada vez son más las personas que tanto por realizar rutinas saludables en su tiempo libre como por tener un medio de transporte accesible a diario optan por usar la bicicleta. Sin embargo, las prisas, el hecho de que con frecuencia se alquilen o compartan con otras personas o simplemente por pereza, podemos pasar por alto uno de los pasos previos a su uso, el ajuste de los diferentes elementos a nuestro cuerpo, y por tanto seamos más vulnerables a la aparición de molestias musculares y lesiones derivadas de un inadecuado uso de este medio.
Es por ello que antes de salir de casa en bicicleta, es recomendable comprobar tres elementos de la misma:
1) El sillín: Ya que bajarlo en exceso puede provocar cervicalgias, dorsalgias, tendinitis o condromalacia rotuliana. A su vez, un sillín elevado puede desencadenar lumbalgia, y en el caso de las extremidades superiores, tensión en brazos y paravertebrales.
2) El manillar: Molestias en antebrazos, dolor en codos o sobrecarga de la zona lumbar pueden aparecer si se lleva demasiado alto. En el caso contrario, sobrecarga en la zona cervical y trapecios pueden darse del uso de un manillar excesivamente bajo.
Usar la bicicleta con un desajuste en el manillar puede producir también adormecimiento de los dedos. En el caso de que se dé una hiperextensión de la muñeca esto sucede en los dedos 4 y 5 . En el caso de los dedos 1,2 y 3 aparece al mantener la muñeca con desviaciones laterales.
3) El pedal: Posicionar los talones juntos puede producir sobrecarga de cuádriceps y dolor en los glúteos, por el contrario separarlos nos hace más vulnerables a presentar síndrome piramidal y sobrecarga en la zona de los gemelos.
Recuerda siempre, que el beneficio que puede aportarte una actividad física, no está sólo en qué se hace, sino también en cómo se hace.