A menudo con la entrada del año solemos plantearnos el alcance de metas o la realización de objetivos que nos conduzcan hacia un estilo de vida más saludable y próspero. Es común escuchar propósitos como apuntarse al gimnasio, dejar hábitos nocivos como el tabaco o el aprendizaje de un nuevo idioma dentro de nuestro círculo más cercano. Sin embargo, a pesar de la motivación inicial con las que suelen plantearse, al tratarse de rutinas que no se encuentran instauradas en nuestro día a día cotidiano y al requerir de fuerza de voluntad, la tendencia general suele ser de abandono de los mencionados objetivos de año nuevo. Pero… ¿ Por qué comenzar con grandes desafíos? Podemos ir transformando nuestro día a día con pequeños detalles diarios que no suponen gran esfuerzo, pero que sin embargo, con el paso del tiempo pueden ayudarnos a prevenir molestias o lesiones musculoesqueléticas influyendo en nuestro bienestar general.
Desde nuestro centro nos gustaría plantearos algunos de estos pequeños cambios como propósitos para el 2016 ¿ Te atreves a intentarlo?