Con la llegada de las vacaciones, combinadas con las temperaturas estivales es común que aumente la realización de las denominadas actividades de aventura. Sobre éstas no debemos olvidar que, además de la actividad recreativa en el medio natural, también está presente la actividad física, moderada o intensa según qué casos, por lo que el esfuerzo al que se ve sometido nuestro cuerpo es similar al de otras actividades de este tipo a las cuales nos exponemos en el medio urbano. Entonces, ¿ambas entrañarían los mismos riesgos de lesión ? ¿ Hemos de tomar medidas similares para su prevención?
En ambos casos pueden aparecer lesiones por sobrecarga, contusiones, distensiones, tendinitis, tendosinovitis, esguinces, rotura de ligamentos, fracturas óseas, roturas fibrilares, periostitis o luxaciones, entre otras.
Para prevenirlas, la recomendación, al igual que ocurre ante otros tipos de actividades físicas y deportivas, es ajustarse a las condiciones de salud previas, la constitución corporal, patologías presentes, así como tener en cuenta algunos detalles del contexto ( temperatura, espacio, uso de equipamiento adecuado, cumplimiento de las reglas/normas de la actividad o monitores) y por supuesto nunca olvidar, la realización de ejercicios de baja intensidad tanto de calentamiento como de estiramiento, ya que son los que van a preparar progresivamente al cuerpo para el esfuerzo al que va a ser expuesto.